FENOMENOLOGÍA DEL JUICIO

FENOMENOLOGÍA DEL JUICIO

El juicio es un acto cognoscitivo en el que asentimos, decimos que sí, que así es, a la identidad o no identidad del sujeto y del predicado. Su expresión oral es, v.g. los juicios afirmativos: es; y en los negativos: no es.

Es un acto cognoscitivo por el que no sólo  la gente conoce la identidad del sujeto y predicado, sino que la acepta de una manera cuasi refleja, dándonos cuentan de que se da esa identidad o no identidad , y diciéndoselo a sí misma. En esto consiste el asentimiento que es el matiz peculiar y característico de este acto de conocimiento que es el juicio, por lo que se distingue de la mera aprehensión, o conocimiento de la identidad del sujeto o predicado, que ciertamente ha de precederle como objeto propio. El acto del juicio tiende a esa identidad no de una manera meramente representativa o contemplativa, sino con ese matiz de ese asentimiento, de aceptación refleja de que el objeto es así.

1. GÉNESIS DEL JUICIO.

En la elaboración o preparación del juicio fenomenológicamente, se siguen estos pasos:

a) Aprehensión o conocimiento del sujeto.

b) Abstracción del predicado de ese sujeto, por abstracción espontánea detectiva (cuando el predicado no se conoce previamente) o por abstracción comprobativa (cuando el predicado ya se conoce de antemano).

c) Aprehensión o conocimiento de la identidad, o no identidad del sujeto y predicado. Esta aprehensión confiere o compara un término con el otro, y los presenta a la mente  como incluido, o no incluido por identidad del predicado en el sujeto; v.g. Pedro es hombre. Hombre, aparece a la mente incluido por identidad en Pedro, o que Pedro identifica en sí el contenido "hombre". Al contemplar la mente esta identidad, así presentada, inmediatamente prorrumpe en el último acto que es "el acto de asentimiento", en que está formalmente el juicio.

2. FENOMENOLOGÍA DE LA INFERENCIA.

La inferencia, llamada también discurso o raciocinio, es una acto cognoscitivo por el que asentimos a la identidad o no identidad de un sujeto y un predicado en conexión y por su conexión con otros dos juicios o premisas. No consiste sólo en la afirmación de la conclusión, ni en la visión de la conexión de estas con las premisas; sino en ambas cosas. Consiste en una afirmación hecha por esa conexión, y a la luz de esa conexión. Por eso la inferencia se llama discurso, porque es un acto cognoscitivo por el que pasamos, conociendo las premisas y por el conocimiento de las premisas, a conocer y afirmar la conclusión. La inferencia es un pasar cognoscitivo, un discurso, paso a través. Su expresión es el Ergo, o por consiguiente, o luego.

En la génesis del acto discursivo previamente se ha de ver la identidad del sujeto y predicado de la conclusión (o no identidad) por comparación de estos dos términos con un tercero, llamado medio. Esta comparación se establece en dos juicios (las premisas) aptamente dispuestos, en los que el término medio se repita y así se pueda comparar con los otros dos. Si la comparación se establece, y se hace bien, se verá entonces la identidad o no identidad del Sujeto y del Predicado., de la conclusión en conexión y por conexión con las premisas. La visión afirmada de esta identidad y expresada por el ergo, o, el luego, es el discurso.

3. METAFÍSICA DEL CONOCIMIENTO INTELECTIVO.

a) La actividad cognoscitiva superior, o sea, esta actividad cognoscitiva que comprende las ideas universales, los juicios y raciocinios y la percepción de relaciones , es un conocimiento experimental, ni orgánico, sino debido a la actividad exclusiva de la mente.

No experimental. Evidentemente en la formación de las ideas universales, juicios y raciocinios, no interviene ningún estímulo exterior, sino que se deben a la actividad abstractiva, comparativa, judicativa e ilativa, que es exclusiva de la mente. Muy lejos de cualquier estímulo puede elaborar multitud de juicios y discursos acerca de cualquier cosa.

No orgánica. Todo conocimiento experimental es orgánico, necesita de un órgano donde se aplique el estímulo. Si no es experimental , no necesita de órgano donde aplicar el estímulo, o donde conservar el engramma dejado por el conocimiento orgánico que precedió. Ahora bien, el conocimiento intelectivo no es experimental. Luego no necesita de órgano, no es orgánico.

Lo mismo, todo conocimiento orgánico es experimental, al menos remotamente, y presenta por lo mismo un contenido singular y sensible. Ahora bien, la idea universal, aunque presente un contenido sensible, lo presenta en universal, y el juicio y el raciocinio, no presenta contenido alguno sensible. Luego , no son conocimientos orgánicos, sino que se deben a la actividad exclusiva de la mente, sin intervención de ningún órgano o estímulo.

b) La facultad intelectiva llamada entendimiento , que capacita al yo para abstraer, comparar, enjuiciar y discurrir, es irreductible al sentido o facultad de tener sensaciones. Son facultades esencialmente distintas.

El sentido es experimental y orgánico, el entendimiento no.

El sentido puramente presenta las cosas sensibles en singular; el entendimiento en universal y abstrayendo también de otras notas específicas.

El sentido es sólo representativo. El entendimiento además es abstractivo, comparativo, conocedor de relaciones, judicativo y discursivo.

c) El que tiene la facultad de sentir, no por eso se sigue que haya de tener también la facultad de abstraer, etc. Pero no al contrario, el que tiene la facultad de abstraer, tiene que tener la facultad de sentir, pues de hecho no se abstrae sino de contenidos sensibles.

d) El objeto adecuado del entendimiento humano, o sea, el campo de acción adonde puede extender su actividad cognoscitiva, abarca todo el ser. Todo lo que sea Ser, puede ser conocido por el entendimiento humano, inmediata o mediatamente. Es decir, que de parte de las cosas, basta con que sean Ser, algo, para que puedan ser objeto de nuestro entendimiento.

e) El objeto formal del entendimiento humano, o sea, aquel objeto que le es propio y proporcionado, y por consiguiente le especifica y distingue de cualquier otra facultad cognoscitiva, son los contenidos universales sensibles. Porque sólo el entendimiento es capaz de conocer tales contenidos, o idea, de tener ideas universales sensibles.

f) El entendimiento humano, además de tener ideas universales, puede tener, y de hecho tiene, ideas singulares, o sea, de un contenido singular sensible, exactamente como el sentido.



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